miércoles, 26 de agosto de 2015

De quién necesita a quién.

La noche de ayer me encontraba absorto en un proyecto en el cual estoy metido desde hace varios días. Sin darme cuenta el tiempo pasó y fue un crujido de tripas el que me recordó que no sólo de proyectos vive el hombre sino de pan también.

No soy muy fan de comer tacos callejeros pero pensé que era lo único que estaría abierto y sentí un leve antojo. Llegué pues al camion cocina mobil que está a unas cuadras de mi casa y luego de ordenar mi dosis de grasas saturadas y condimentos en exceso me senté en una de las mesas que están ahí para facilitar al cliente, dejando morir la bella tradición y maestría de comer tacos parado.

Una televisión sintonizaba el noticiero local de Tijuana y sin ponerle demasiada atención me enganché con la historia que presentaban.

Un hombre de apellido Jimenez llevaba viviendo en las calles de Tijuana algunos años debido a que sufrió un golpe en la cabeza y esto le produjo una pérdida de la memoria que le impedía recordar quién era y dónde vivía. Solo sabía su nombre y el de sus padres pero no a que se dedicaba o si estuvo casado alguna vez o si siempre vivió en las calles.

Ahí estaba el señor, sentado en la banqueta acompañado de dos perros callejeros. Pedía ayuda pero no para comer o un lugar para quedarse, sino para comprar un carrito de elotes y ponerse a trabajar, repetía insistentemente "Un carrito de elotes" "Un carrito de elotes" "algo para ponerme a trabajar y salir adelante y poder seguir manteniendo a esto dos perritos que los traigo aquí conmigo..."

¡O sea, no puedes ni con tu alma y todavía traes dos perros!, pensé en primer instancia pero luego de terminar mis tacos y bien dicen que uno piensa mejor con la panza llena llegué a dos conclusiones.

Pensé en lo avariciosos e ingratos con la vida que a veces podemos ser, tenemos tanto y nos ahogamos por no tener aquello que ambicionamos cuando alguien más no muy lejos quisiera tener las mismas oportunidades que tú tuviste.

Y luego además pensé que son ese par de perros quienes lo han salvado a él y no él a los canes.
Ese par de perros le brindan la compañía, el cariño y no solo eso, sino que además lo motivan a querer superarse y salir adelante de su situación de calle.

Estoy seguro que alguien en Tijuana al ver el noticiero sin duda buscará al señor Jimenez para ayudarle con su sueño de tener su carrito de elotes.

Hoy que es día del perro los quiero invitar a que si tienen uno, lo abracen y le demuestren cuanto lo quieren, que jueguen con él y que valoren lo mucho que nos brindan a cambio de una cama y unas croquetas al día.

Yo por mi parte me los llevé hoy a la playa.