domingo, 13 de septiembre de 2015

Cuando todos se hayan ido


Cuando todos se hayan ido y cierres por dentro la puerta detrás del último.
Cuando des la vuelta y veas tu casa tan llena de recuerdos y tan vacía de personas.
Cuando camines hacia la alacena y veas todos esos vasos de los cuales ya sólo necesitarás uno.
Cuando te sientes a beber leche fría de aquel vaso en esa mesa rodeada de sillas vacías.
Cuando tus pensamientos sean la única charla mientras le bebes.

Cuando buscando aquel documento entre los papeles del armario des con la caja llena de fotografías.
Cuando las mires y sonrías.
Cuando las veas y extrañes.
Cuando te inunden los recuerdos.
Cuando descubras que ya no duele pero que tampoco se ha ido.

Cuando te mires al espejo y desconozcas a quién está ahí enfrente.
Cuando acaricies tu vientre preguntándote de dónde vino todo eso.
Cuando veas tu cabello encanecido.
Cuando veas tus ojos cansados o quizás sólo un tanto caídos.

Cuando vayas a la cama sin el buenas noches.
Cuando la almohada sea tu única compañía.
Cuando en medio de la obscuridad la soledad y el silencio duermas.
Cuando despiertes sin los buenos días.

Cuando vayas por la calle ya sin prisa.
Cuando sabes que ya nadie te espera.

Cuando te des cuenta entonces que nunca habías sido tan dueño de tu tiempo como hasta ese día.
Cuando descubras que a pesar de lo triste que pueda sonar la soledad, encuentras en ella la alegría de estar vivo, de verte capaz de hacer lo que nunca creíste poder, 
Cuando sonríes de lo bien que se siente la independencia y la libertad.
Cuando descubras que no necesitas a nadie para ser feliz porque tu felicidad siempre estuvo en ti.
Cuando reconoces que el pasado fue maravilloso pero que el futuro aun puede serlo más.
Cuando te aceptes y sonrías.
Cuando por fin te diste cuenta que a la única persona que siempre debes complacer es a ti mismo.

Cuando llegue aquel día.